Sobre familias, bodas y duelo
«Mañana es la boda».
HOZUMI llegó a nuestro mercado en 2016, cuando Milky Way Ediciones publicó su visión personal sobre los hermanos Van Gogh: Sayonara, sorcier. Este título, de tan solo dos tomos, fue la carta de presentación en nuestro país de una autora que enseguida se volvió muy querida entre los lectores de manga. Su facilidad para transmitir emociones, su maestría para reflejar la complejidad del alma humana, sus trazos sutiles y sueltos, tan llenos de personalidad…
Son muchos los elementos de sus obras que le permitieron ganarse el cariño del público. De hecho, su talento como narradora hizo que poco después nos fuera llegando el resto de su obra: La posada de los objetos perdidos, Mi Giovanni y La víspera de la boda, un tomo único que recoge varias historias breves de HOZUMI, incluyendo, con algunos retoques con respecto a la idea original, la que le abrió las puertas al mundo de los mangakas profesionales —y que, además, da título al recopilatorio—. Publicado originalmente por la editorial Shogakukan en 2012, este volumen es una buena manera de iniciarse en la obra de esta autora si no se la conoce o de seguir indagando en ella si ya se la ha leído antes. Los temas fundamentales de los mangas de HOZUMI, su dibujo, tan característico, unas viñetas que emocionan… Todo ello se encuentra entre sus páginas.
La víspera de la boda
La primera historia del recopilatorio, con la que HOZUMI debutó profesionalmente en 2010 —aunque, como ya hemos comentado, tuvo algunas modificaciones posteriormente—, es una carta de presentación perfecta para el volumen. En ella, encontramos algunas de las cuestiones que más preocupan a la autora y que desarrolla también en otros de sus títulos: el amor y las relaciones familiares.
El relato se centra en el último día de una novia antes de casarse. A lo largo de sus páginas, vemos cómo se toma ese cambio tan importante en su vida a través de las conversaciones y los momentos cotidianos que vive en compañía de un hombre —cuya identidad se nos revela al final—. De esta forma, HOZUMI, con la sensibilidad que la caracteriza, hace un increíble retrato de las emociones humanas: las dudas que nos asaltan cuando damos un paso importante; el miedo que las acompaña porque suponemos que nuestra felicidad, en cierto modo, está en riesgo; la alegría que se esconde en los pequeños momentos, esos que parecen insignificantes, pero que, en el fondo, son más valiosos de lo que podría parecer a simple vista.
La víspera de la boda nos muestra la magia de la cotidianeidad con un ritmo pausado que encaja muy bien con la historia que HOZUMI nos propone.
Reencuentro en el Azusa Nº2
Hay familias con complicaciones, por diferentes motivos. Muchas veces, el amor no es eterno y, de pronto, un niño ve que sus padres se separan y debe aceptar su nueva vida. HOZUMI nos habla de una de esas familias a través de la relación entre una niña y su padre, que se fue de casa hace tiempo y ahora la visita de vez en cuando. Su plan no es nada extraordinario: simplemente, desean pasar tiempo juntos, aunque sea comiendo helado y haciendo la colada en casa de la pequeña.
Reencuentro en el Azusa n.º 2 es un relato sutil. A través de la conversación cotidiana entre los dos protagonistas y de unas viñetas delicadas que expresan mucho incluso sin palabras —solo hay que ver la sonrisa de la niña y su padre, los momentos en que se ayudan, las miradas llenas de cariño que se dirigen el uno al otro para entender el cariño que sienten—, HOZUMI nos relata, de nuevo, una historia familiar con un final que, aunque puede intuirse ligeramente, sorprende.
Hermanos en blanco y negro
Si ya los desengaños amorosos son fastidiados de por sí, imaginaos el desaguisado que se puede montar si tanto tu hermano gemelo como tú os enamoráis de la misma chica. Shirô y Rokurô reciben sus nombres de los colores blanco y negro en japonés respectivamente; y como esa dicotomía cromática también lo son sus personalidades. Uno el abierto y expresivo relaciones públicas del instituto, el otro parco y sosegado volcado en sus estudios. Ahora al llegar a la edad adulta y tras volver del entierro de quien era su tercera en discordia, amiga y enamorada de ambos nos encontramos con una conversación sincera y profunda donde en lugar de volar reproches y cuchillos vemos la sinceridad de dos hermanos que se aprecian. Todo ello con un giro emotivo al estilo de HOZUMI.
El espantapájaros soñador
La vida no siempre es fácil. Jack y Betty lo saben muy bien: después de la muerte de su padre en la guerra, su madre los dejó en casa de unos parientes y se desentendió de ellos. Sin embargo, allí tampoco estaba su lugar. La soledad que sentían pronto hizo que Betty empezara a llamar «mamá» al espantapájaros que había en el campo cercano a su casa. Años después de aquello, los dos hermanos se reencontrarán con motivo de la boda de la muchacha.
En este relato, HOZUMI retoma el tema de otras de las historias del tomo, solo que desde una perspectiva un poco diferente. En este caso, el vínculo entre los hermanos protagonistas le sirve para poner sobre el papel lo difíciles que son a veces las relaciones, la necesidad de proteger al otro de todo mal —aunque eso, en ocasiones, nos lleve a exceder ciertos límites— y de dejarlo ir cuando está listo para caminar solo. Jack no siempre actúa de manera acertada, pese a que sus intenciones son buenas. No obstante, el paso del tiempo lo hace madurar. HOZUMI plasma a la perfección las contradicciones y los miedos de su protagonista, añadiéndoles, además, un toque mágico con ese espantapájaros omnipresente, siempre vigilante para proteger a los dos hermanos.
Minijardín en octubre
Donde aquí tenemos palomas en Japón el pájaro más extendido es el cuervo. Un animal con gran inteligencia, presente en mitologías nórdicas, cristiana y por supuesto orientales. Los autores como Poe también han visto en este animal una figura interesante, al igual que el protagonista de este relato, quien cree que el espíritu de un cuervo lo posee y priva de capacidad para escribir. Los ánimos que a este le faltan se los aporta la pariente del escritor, quien se pasa por su casa para hacerle las tareas y animarlo en general. Una historia sobre cómo podemos encontrar soporte en tanta gente y de tantas formas diferentes.
Y entonces…
Parece que la autora, en lugar de cerrar su compendio de historias cortas, nos quiera dejar el telón abierto a más relatos, tanto por la brevedad del último como por el título. Una historia que empieza con una llamada al contestador desde el hospital y un gato siendo… muy gato. Relato concentrado con un giro algo más fácil de anticipar que el resto, donde el minino ya le da los puntos que le faltaba. Nota del reseñador: no le pongáis cascabeles a vuestros gatos que es como si tuvierais vosotros el móvil a tope a cada paso que dais.
Impresiones finales
El dibujo, aunque funcione para todas las historias y tenga una técnica pulida, no destaca en un estilo particular o en una expresividad desmedida. Se nota que son las primeras obras de la autora y que su carga sentimental fue lo que le valió el premio Silver Flower.
Las historias de HOZUMI son una pequeña lumbre a un mundo que se ahoga, una luz encendida en un sitio inesperado. Siempre con sus giros inesperados de guion donde a priori parecen historias tristes para luego regalarnos un rayo de positivismo directo al kokoro. A veces usando elementos fantásticos como espíritus, gatos con pensamientos inteligibles o hermanos que se llevan bien, pero siempre llegando a lo más básico del ser humano que es su necesidad social y los vínculos que generamos y apreciamos.
Lo mejor
• La increíble emotividad de las historias de HOZUMI.
• La delicadeza de sus trazos, muy en consonancia con lo que cuenta.
Lo peor
• Algunos relatos dejan con ganas de más.
• Pese a la emotividad de su dibujo, se aprecia que se trata de las primeras obras de la autora.
Guión - 8.4
Dibujo - 7.2
Interés - 8.3
8
La víspera de la boda, que incluye el debut profesional de HOZUMI, es un precioso recopilatorio de relatos breves llenos de sensibilidad.
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